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Semiconductores: entre la volatilidad y el crecimiento imparable

Los semiconductores son el motor invisible de la economía digital. Están presentes en nuestros teléfonos, ordenadores, coches eléctricos, electrodomésticos y centros de datos. Sin ellos, la inteligencia artificial, la automatización industrial o el internet de las cosas no serían posibles.

Sin embargo, invertir en este sector no es tan simple como parece: la industria es cíclica, requiere enormes inversiones y está muy fragmentada. Comprender estas dinámicas es clave para todo inversor que quiera acercarse a este mundo.

Cuota de mercado de semiconductores
1. Una cadena de valor compleja y diversa

Hablar de “los semiconductores” es, en realidad, hablar de un ecosistema formado por distintas piezas:

  • Fabricantes integrados (IDMs): como Intel o Texas Instruments, que diseñan y producen sus propios chips.

  • Diseñadores sin fábricas (Fabless): como Nvidia, AMD o Qualcomm, que crean diseños y subcontratan la producción.

  • Fundiciones (Foundries): como TSMC, que fabrican chips para terceros.

  • Proveedores de equipos: como ASML o Applied Materials, que suministran las máquinas esenciales para la producción.

  • Materiales y químicos: como Shin-Etsu, especializada en obleas de silicio (sirven como base donde se fabrican los microchips, alojando millones de transistores que procesan y almacenan información).

Cada eslabón tiene un perfil financiero y de riesgo distinto. Algunos segmentos, como la memoria (DRAM, NAND), se parecen más a materias primas, con precios muy volátiles. Otros, como la litografía avanzada en manos de ASML, cuentan con barreras de entrada casi infranqueables y un poder de mercado extraordinario. Para el inversor, esto significa que no existe un único “perfil semiconductor”, sino múltiples realidades dentro del mismo sector.

2. Ciclos inevitables, pero una tendencia ascendente

El rasgo más característico de esta industria es su ciclicidad. Los beneficios y márgenes se mueven en oleadas, a veces violentas:

  • Ciclos de inventario: pequeños cambios en la demanda final se amplifican a lo largo de la cadena de suministro, generando exceso de inventario y caídas de precios.

  • Ciclos de consumo: ligados a la renovación de móviles, ordenadores o servidores, suelen durar entre dos y tres años.

  • Ciclos de capacidad: construir una fábrica puede tardar años y costar decenas de miles de millones. Cuando entra en funcionamiento, la demanda puede haberse enfriado, lo que genera sobreoferta y presión en precios.

Valor del mercado de semiconductores según gráfico vertical

A pesar de estas oscilaciones, el crecimiento estructural sigue intacto. El mercado mundial pasó de unos 300.000 millones de dólares en 2013 a previsiones cercanas a 800.000 millones en 2026.
Las divisiones donde se desata el crecimiento son la inteligencia artificial, electrificación del transporte, automatización industrial, centros de datos y consumo digital.

3. Pocos ganadores concentran la mayor parte del valor

En bolsa, la rentabilidad suele concentrarse en un puñado de compañías, y en semiconductores esto es aún más evidente.

El ROE (rentabilidad sobre recursos propios) muestra las diferencias:

  • Nvidia supera el 100%, apoyada en su dominio de las GPU para IA.

  • ASML ronda el 55%, con un monopolio virtual en litografía EUV.

  • TSMC y Applied Materials mantienen niveles sólidos, entre 30% y 35%.

  • Otros actores, como Micron (memoria) o AMD, apenas alcanzan un ROE de un solo dígito o bajo doble dígito.

Esto confirma que los verdaderos creadores de valor son los líderes tecnológicos con ventajas competitivas claras: propiedad intelectual única, control de la cadena de suministro o posiciones de monopolio. El resto del sector suele ofrecer resultados mucho más modestos.

Conclusión

Los semiconductores son un sector fascinante: esencial para la economía mundial, con un crecimiento estructural sólido, pero también con ciclos bruscos y diferencias enormes entre compañías líderes y rezagadas.

Para los inversores principiantes, el mensaje clave es que los semiconductores no son un bloque uniforme. Existen segmentos con gran poder de mercado y otros muy expuestos a la volatilidad. Comprender esa diversidad es fundamental antes de tomar cualquier decisión.

En definitiva, es un sector con grandes oportunidades, pero también con exigencias elevadas: solo quienes entiendan sus ciclos y reconozcan a los líderes tecnológicos podrán ver el verdadero potencial de esta industria.

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