El platino se distingue de otros metales preciosos por su alto grado de industrialización: más del 60% de su demanda proviene del sector automotriz como vemos con los datos de 2023 debajo, donde se utiliza en convertidores catalíticos para reducir emisiones contaminantes. Otros usos importantes se encuentran en la industria química, médica y joyería.
En comparación con el paladio, otro metal usado en catalizadores, el platino ha sido históricamente más barato en los últimos años, lo que abre espacio para una eventual sustitución tecnológica (aunque limitada por aspectos técnicos y regulatorios)
En términos históricos, el platino ha mostrado una alta volatilidad. Durante los años 2008-2011, su precio superó los 2.000 USD/onza, pero desde entonces ha sufrido caídas considerables, influenciado por factores como la demanda industrial, los avances tecnológicos y la transición energética. Como apreciamos a la derecha, desde principios de año rebota más de un 30%, siendo la mejor materia prima entre las importantes.
La oferta global de platino es escasa y está muy concentrada. Sudáfrica lidera la producción mundial, con más del 70% del total, seguido de Rusia y, en menor medida, Zimbabue y Canadá como vemos con los datos de 2023 en la parte inferior.
Anglo American: el mayor productor mundial
Impala Platinum Holdings (Sudáfrica)
Sibanye Stillwater (Sudáfrica) Cotiza en EEUU
Norilsk Nickel (Rusia)
La alta concentración geográfica hace que la producción de platino sea vulnerable a huelgas laborales, problemas energéticos y tensiones políticas, lo que incrementa la volatilidad de su precio.
Tenemos a nuestra disposición distintos productos o alternativas para tener exposición al platino en nuestra plataforma Activo Plus:
Como vemos debajo, la cotización del Platino lleva mucho tiempo castigada y comprendida en un rango lateral de medio plazo durante los últimos cuatro años. Con la subida de las últimas semanas, supera los niveles de 2022, posicionándose para buscar los máximos de 2021 en zonas de 1.340 $.
El platino es un activo financiero complejo que combina características de refugio de valor con una fuerte dependencia de la industria. Su cotización refleja tanto tensiones macroeconómicas como tendencias tecnológicas e industriales. Si bien ha sido opacado por el oro y el paladio en los últimos años, su potencial como inversión sigue vigente, especialmente en un contexto de transición energética y sustitución tecnológica.